Con corazón lleno de gratitud os saludo a todos al inicio del ministerio que me ha sido confiado. San Agustín escribió: “Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Confesiones , 1.1.1). Estos últimos días hemos vivido un momento especialmente intenso. La muerte del Papa Francisco ha llenado de tristeza nuestros corazones y, en estas horas difíciles, nos hemos sentido como aquellas multitudes de las que el Evangelio dice que estaban “como ovejas sin pastor” (cf. Mt 9,36). Sin embargo, el día de Pascua recibimos su bendición final y, a la luz de la Resurrección, afrontamos ese momento con la certeza de que el Señor no abandona nunca a su pueblo, que lo reúne cuando está disperso y que «lo guarda como un pastor a su rebaño» (Jr 31,10).
Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a vosotros como un hermano que quiere ser servidor de vuestra fe y de vuestra alegría, caminando con vosotros por el camino del amor de Dios, que quiere que todos estemos unidos en una sola familia. Amor y Unidad : estas son las dos dimensiones de la misión confiada a Pedro por Jesús.
Cuando Jesús le pregunta a Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” (Jn 21,16), se refiere al amor del Padre. Es como si Jesús le dijera: sólo si has conocido y experimentado este amor de Dios, que nunca falla, podrás apacentar mis corderos; Sólo en el amor de Dios Padre podréis amar a vuestros hermanos “aún más”, es decir, ofreciendo vuestra vida por ellos. A Pedro se le confía pues la tarea de “amar más” y dar la vida por el rebaño. Este, hermanos y hermanas, quisiera que fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y de comunión, que se convierta en fermento de un mundo reconciliado. Queremos decir al mundo, con humildad y alegria: ¡mira a Cristo! ¿Acércate a Él! ¡Acoged su Palabra que il·lumina y consuela! Escuchemos su propuesta de amor de convertirnos en su única família: en el único Cristo, somos uno . Juntos, como un solo pueblo, como hermanos y Hermanas, caminemos hacia Dios y amémonos unos a otros.

