Des de l’any 1300, a l’Església, es venen convocant “anys jubilars” per conmemorar de manera especial l’aconteixement de l’Encarnació del Senyor. En l’actualitat es convoquen cada 25 anys els que s’anomenen jubileus ordinaris.
Doncs bé, el proper 24 de Desembre –Nit de Nadal- el Sant Pare presidirà la Celebració de la Santa Missa a les 19h a la Plaça de Sant Pere. A continuació, tindrà lloc l’obertura de la Porta Santa, amb la qual s’inicia l’any Jubilar 2025 sota el lema “L’ESPERANÇA NO DEFRAUDA”, frase extreta de Sant Pau als Romans (Rm 5, 5). Sota el signe de l’esperança, l’apòstol Pau infonia alè a la comunitat cristiana de Roma. Una comunitat on trontollava l’esperança perquè estaba envoltada de persecució, exclusió, denúncia i mort.I Pau gosa parlar l’Esperança i desitja anar a Roma per animar a viure aquesta Esperança.
És necessari recordar-nos avui que l’Esperança no defrauda? Els temps per a la comunitat de Roma, en temps de sant Pau, eren molt difícils. I ara ho segueixen sent.
Lo cierto es que nos movemos con ciertas inseguridades y parece que se tambalean los pilares de la tierra. Nuestra sociedad a veces habla de esperanza, aunque de manera limitada, pero una Esperanza que englobe a todas las esperanzas y que las trascienda no aparece por ningún sitio. Ante esta realidad personal o social viene muy bien el proclamar y afirmar que LA ESPERANZA NO DEFRAUDA. Es evidente que nos referimos a la Esperanza cristiana que debe foguear nuestro espíritu y hacerle entrar en ebullición para no caer en la tentación.
El jubileo “de la Esperanza no defrauda” puede ayudarnos, según el Papa Francisco, “a recuperar la confianza necesaria –tanto en la Iglesia como en la sociedad- en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación”. En pocas palabras, la Esperanza no defraudará cuando esté estrechamente vinculada a la justicia, al crecimiento humano, al compromiso en la construcción de nueva humanidad y nuevo mundo. Se reaviva la Esperanza cuando hay signos concretos de cambio para los que sobreviven en medio de la crueldad económica, política, social, militar y ecológica.
Caminemos en Esperanza. No defrauda. Ilumina nuestra situación particular y nos hace mirar hacia adelante, aunque tengamos que atravesar el túnel del “umbral de la Esperanza”. El túnel está iluminado desde dentro porque Cristo ha resucitado.
¡FELIZ AÑO JUBILAR!

